martes, 3 de agosto de 2010

Tiempo sin tiempo


Tiempo. A veces tiempo es todo lo que necesitamos. Queremos y no queremos ser eternos. Queremos que las horas del día se multipliquen para que el tiempo nos alcance para hacer todo lo que quisiéramos hacer. Quisiéramos que un día durara lo que dura una vida para vivir cientos de veces y nunca tener que decir: “Si tan solo hubiera tenido más tiempo…”

Apreciamos el tiempo que tenemos, pero más que nada, le tememos. Por eso, luchamos a diario contra él. Vivimos en contra del reloj. Tratamos de inmortalizarnos en fotos, videos, scrapbooks, memoirs, etc. Pero al final del día, eso es todo lo que somos, un títere del tiempo, quien sin compasión alguna nos hace una mala jugada y nos da una vez, para después quitárnoslo cada día.

El tiempo no regala, presta. El tiempo no compadece, exige. El tiempo pasa a cobrar una deuda que no se acaba nunca. Mientras nosotros envejecemos en la desesperación de que el tiempo se nos acaba. Vivimos pensando en el mañana y en el ayer. Cuando lo importante, ni siquiera es el hoy, sino el ahora, y ni siquiera el ahora, sino el qué del ahora. La nube que se mueve sin preocupaciones, la hoja que se muere sin temores, el asfalto que se camina sin mirar.

“El tiempo lo cura todo”, “el tiempo lo destruye todo”, el tiempo es protagonista aún cuando no intenta serlo. El tiempo te hace fijar en cosas que probablemente no son de tu preferencia ni elección. Si tan solo tuviéramos tiempo sin tiempo…

Preciso tiempo necesito ese tiempo
que otros dejan abandonado
porque les sobra o ya no saben
que hacer con él
tiempo
en blanco
en rojo
en verde
hasta en castaño oscuro
no me importa el color
cándido tiempo
que yo no puedo abrir
y cerrar
como una puerta

tiempo para mirar un árbol un farol
para andar por el filo del descanso
para pensar qué bien hoy es invierno
para morir un poco
y nacer enseguida
y para darme cuenta
y para darme cuerda
preciso tiempo el necesario para
chapotear unas horas en la vida
y para investigar por qué estoy triste
y acostumbrarme a mi esqueleto antiguo

tiempo para esconderme
en el canto de un gallo
y para reaparecer
en un relincho
y para estar al día
para estar a la noche
tiempo sin recato y sin reloj

vale decir preciso
o sea necesito
digamos me hace falta
tiempo sin tiempo.

Mario Benedetti


No hay comentarios:

Publicar un comentario