martes, 22 de junio de 2010

Hold'em in


BLUEBIRD

there's a bluebird in my heart that
wants to get out
but I'm too tough for him,
I say, stay in there, I'm not going
to let anybody see
you.

there's a bluebird in my heart that
wants to get out
but I pur whiskey on him and inhale
cigarette smoke
and the whores and the bartenders
and the grocery clerks
never know that
he's
in there.

there's a bluebird in my heart that
wants to get out
but I'm too tough for him,
I say,
stay down, do you want to mess
me up?
you want to screw up the
works?
you want to blow my book sales in
Europe?

there's a bluebird in my heart that
wants to get out
but I'm too clever, I only let him out
at night sometimes
when everybody's asleep.
I say, I know that you're there,
so don't be
sad.
then I put him back,
but he's singing a little
in there, I haven't quite let him
die
and we sleep together like
that
with our
secret pact
and it's nice enough to
make a man
weep, but I don't
weep, do
you?

Charles Bokowski

viernes, 18 de junio de 2010

Hasta siempre, Saramago


“La literatura está de luto” es el titular que leí esta mañana sobre la muerte del Premio Nóbel de Literatura 1998, José Saramago. Y, en efecto, la literatura está de luto. Murió de 87 años en su hogar de Lanzarote, Islas Canarias, España, a causa de una leucemia crónica.

Saramago era un hombre de letras, coherente consigo mismo, con sus ideas. Siempre plasmó en sus páginas lo que pensaba sobre la realidad que lo rodeaba y entregó al mundo, con su obra, una narrativa íntegra que lleva su firma impregnada en cada página escrita. Nunca temió ser crítico, nunca temió ser honesto, nunca calló la verdad de lo que veía o sentía. “A las palabras hay que arrancarles la piel”, afirmaba, y así lo hizo, convirtiéndose en uno de los mayores representantes de la literatura europea, quien por su profunda humanidad e inmensa imaginación, nos transmitió el mundo a través de sus ojos e hizo a más de uno, y me incluyo en este digno grupo, caer hipnotizados ante su prosa.

En el día de su muerte, recuerdo el regalo que nos dio a sus lectores y solo le puedo decir: eres grande Saramago, buen viaje…


A continuación pequeños fragmentos de sus obras más reconocidas para recordar el porqué de nuestro luto en el día que el mundo de la literatura pierde a uno de sus más valiosos contribuyentes:

Cuántas veces precisamos la vida entera para cambiar de vida, lo pensamos tanto, tomamos impulso y vacilamos, después volvemos al principio, pensamos y pensamos, nos movemos en los carriles del tiempo con un movimiento circular, como los remolinos que atraviesan los campos levantando polvo, hojas secas, insignificancias, que a más no llegan sus fuerzas, mejor sería que viviéramos en tierra de tifones. Otras veces es una palabra cuanto basta.

La balsa de piedra

Retrocedieron éstos como pudieron, Ahí hay muertos, hay muertos, repetían, como si los llamados a morir de inmediato fuesen ellos, en un segundo el zaguán volvió a ser un remolino furioso como en los peores momentos, después la masa humana se fue desviando en un impulso súbito y desesperado hacia el ala izquierda, llevándose todo por delante, rota ya la línea de defensa de los contagiados, muchos que ya habían dejado de serlo, otros que, corriendo como locos, intentaban escapar de la negra fatalidad.
Corrían en vano. Uno tras otro se fueron todos quedando ciegos, con los ojos de repente ahogados en la hedionda marea blanca que inundaba los corredores, las salas, el espacio entero. Fuera, en el zaguán, en el cercado, se arrastraban los ciegos desamparados, doloridos por los golpes unos, pisoteados otros, eran sobre todo los ancianos, las mujeres y los niños de siempre, seres en general aún o ya con pocas defensas, milagro que no resultaran de este trance muchos más muertos por enterrar.

Ensayo sobre la ceguera

Siguieron andando. Un poco más allá, dijo la mujer del médico, En el camino hay más muertos que de costumbre, Es nuestra resistencia lo que está llegando al fin, se acaba el tiempo, se agota el agua, proliferan las enfermedades, la comida se convierte en veneno, lo dijiste tú antes, recordó el médico. Quién sabe si entre estos muertos no estarán mis padres, dijo la chica de las gafas oscuras, y yo aquí, pasando a su lado, y no los veo, Es una vieja costumbre de la humanidad, ésa de pasar al lado de los muertos y no verlos, dijo la mujer del médico.

Ensayo sobre la ceguera

Las fuerzas de José cedieron de golpe ante el desastre. Como un ternero fulminado, de aquellos que vio sacrificar en el templo, cayó de rodillas y, con las manos contra el rostro, se le soltaron de una vez todas las lágrimas que desde hacía trece años venía acumulando, a la espera del día en que pudiera perdonarse a sí mismo o tuviera que enfrentarse con su definitiva condena. Dios no perdona los pecados que manda a cometer.
José no regresó al almacén, había comprendido que el sentido de sus acciones estaba perdido para siempre, ni el mundo, el propio mundo, tenía ya sentido, el sol iba naciendo y para qué, Señor, en el cielo había mil pequeñas nubes dispersas en todas las direcciones como las piedras del desierto.
Viéndolo allí, secándose las lágrimas con la manga de la túnica, cualquiera pensaría que se le había muerto un pariente entre los heridos recogidos en el almacén, y lo cierto es que José estaba llorando sus lágrimas naturales, las del dolor de la vida.

El Evangelio según Jesucristo

Y de su discurso de aceptación del Premio Nóbel:

El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir (...) y ése fue mi abuelo Jerónimo, pastor y contador de historias, que, al presentir que la muerte venía a buscarlo, se despidió de los árboles de su huerto uno por uno, abrazándolos y llorando porque sabía que no los volvería a ver.


jueves, 17 de junio de 2010

La naturaleza de Von Trier


Mientras termino de ver Antichrist de Lars Von Trier, me tomo mi tiempo al levantarme del sofá, ir hacia el dvd, sacar la película y ponerla en su caja. No siempre me tomo mi tiempo luego de ver una película para poner los pies en la tierra de nuevo, pero con ésta, lo necesitaba. Necesitaba ordenar mis ideas, descifrar si en realidad la amé o la odié. Porque francamente, films como éste no te dan la facilidad de quedarte por algún lado de la mitad.

Llegué a Antichrist por curiosidad, curiosidad enfermiza, si quiero ser sincera. Había leído comentarios sobre su recepción en Cannes, en donde casi todo el auditorio donde la película fue proyectada la abucheó en señal de descontento. Estaba familiarizada con el director danés por lo que él llama sus trilogías cinematográficas, y a pesar de no haber visto una sola de las películas que componen la trilogía Europa, vi Breaking the waves, Los idiotas y Dancer in the Dark, las películas que hacen Golden Heart y Dogville, de la trilogía USA: Land of Opportunity. Y todas, y cada una de ellas fueron una revelación, a su momento, en mi manera de ver cine. No digo que sean mis películas favoritas, ni que sea mi director favorito, pero el pana sabe lo que hace, lo hace bien, y deja algo en la audiencia, como me dejó a mí.

Sabía que Von Trier era gráfico, ambicioso e innovador. Había sido también el guionista de Dear Wendy, una película que por su propia naturaleza desconcertantemente romántica, adoré. Y sabía, entonces, que Von Trier era de esos directores que siempre van a sorprender, ya sea para bien o para mal.


Antichrist salió hace más de un año en el Festival de Cannes del 2009. Lo primero que escuché fueron todos los malos reviews que recibió. Leí que la película era “excesiva” y que Von Trier se había defendido ante tales comentarios diciendo simplemente “soy el mejor director del mundo”, y punto.

Digan lo que digan, un tipo con semejante ego y obvio talento no puede dejarse pasar por alto. Tenía que ver Antichrist. La compré hace algunos meses ya, pero a diferencia del resto de gente, para mí no se convirtió en obsesión y me olvidé de ella. Tal vez porque no quería verme obligada a tomar una posición, la dejé descansar en el estante y no me di mi tiempo para verla. Hasta hoy.

La peli se divide en un prólogo, cuatro capítulos y un epílogo. Trata sobre una pareja, extraordinariamente interpretada por Willem Dafoe y Charlotte Gainsbourg (la actriz that had me at hello en I’m not there), quienes tras la muerte de su hijo se encierran en una cabaña en el bosque para lidiar con su luto. La premisa es simple: depresión y culpa. La composición artística es fantásticamente bella. La realización, técnicamente hablando, es un éxito indudable. La controversia, sin embargo, recae en el trasfondo moral. Sexo gráfico en extremo y exceso, mutilación genital, sadismo, la naturaleza del mal desde una visión misógina, y un zorro parlante que nos dice que el caos reina.


No es fácil de ver, seguro. Pero toda su estructura y belleza visual te enganchan desde el comienzo. Un comienzo que da más o menos la pauta de lo que será el resto, o al menos eso te imaginas ingenuamente. Sexo y muerte, de eso se compone el prólogo. El primer capítulo, es el retiro al Edén. Un Edén que está simbolizado por el bosque, y que al final, se convertirá en el infierno.

Aquí, la relación entre la pareja ha mutado, ya no son esposo-esposa, ahora son terapeuta-paciente. Una de las muchas contradicciones de la película es que las cosas se ponen de verdad mal cuando Gainsbourg, quien en los créditos es simplemente She, asegura estar “curada” de la depresión y el desequilibrio emocional que sufre en un inicio.

Los dos siguientes capítulos son caos y desesperación. Más sexo y más muerte. Y en el epílogo, la misma hermosa composición en blanco y negro del prólogo con un desenlace que te deja en leve confusión. Antichrist puede ser de todo menos pendeja, pero la exuberancia de los elementos que la componen dejan expuesta la arrogancia de su realizador. No me tomen a mal, luego de un rato de pensar en ello, me puse del lado de los que amaron la película en vez de repudiarla. Pero la ambición de Von Trier es demasiada y puedo decir con seguridad, que el resultado no es la más grandiosa obra de arte jamás creada dentro del cine experimental, pero es un buen intento.


Muchos la llamaron un producto pornográfico. Sí, la verdad pienso que el sexo en la película puede en ocasiones estar fuera de contexto y ser innecesario, pero no es pornografía. Nunca. Es un trabajo artístico impecable. Y sí, todo su contenido te deja rascándote la cabeza al final, pero ese es el punto de este film ¿no? Todas sus bases están en su complejidad, iría contra su propia naturaleza acabar dejándolo todo claro.

Se dice mucho sobre los tópicos de la película y su propósito, pero hay que reconocer, dejando de lado mucha de la polémica bs que ésta ocasionó, que la construcción de los personajes es muy cercana a la perfección y con ayuda de una de las actuaciones más espectaculares que jamás he visto por parte de Gainsbourg, sientes lo que los personajes sienten. Y cualquier película que te haga sentir, es un éxito para mí, porque ese es el propósito de quien hace cine, provocar emociones.

Von Trier es de los directores más polarizantes de los últimos tiempos y cada quien tiene una opinión propia sobre sus películas. Ésta es solo la mía. Así que los invito a verla y hacerse sus propias opiniones sobre Antichrist. Algo que sí les puedo decir es que les dejará algo, sin duda. Pero recuerden, it’s just one girl’s opinion.


martes, 15 de junio de 2010

Dylan entiende el camino


"A man is a success if he gets up in the morning and gets to bed at night, and in between he does what he wants to do." Bob Dylan.

Cuando la mente te juega en contra


Hombre/mujer: Ser animado racional.

Sin darme cuenta he visto televisión por horas. Empecé con Scrubs, una comedia de Sony sobre médicos. En el capítulo de hoy, el protagonista le tiene que decir a la familia que su hijo tiene muerte cerebral a causa de un aneurisma. Pasa un rato y sin darme cuenta, estoy viendo Grey’s Anatomy. En el capítulo de hoy, la esposa de un hombre tiene muerte cerebral y las recomendaciones del médico tratante es desconectarla. Han pasado algunas horas más y ahora estoy viendo E.R. En este capítulo, una chica de 24 años tiene muerte cerebral a causa de una herida de bala.

Todas estas víctimas están técnicamente muertas, ¿verdad? El hombre es un ser racional. Sin un cerebro funcional, no hay raciocinio, por lo tanto, no hay vida. Los más creyentes ven al ser humano como una dicotomía cuerpo/alma, los más inclinados hacia la ciencia lo ven como una dicotomía cuerpo/mente. Los que no sabemos a que nos inclinamos o nos inclinamos igual a todos lados, lo vemos como una tricotomía de estas partes. Pero, ¿qué pasa cuando una de éstas toma control sobre las otras?

Recientemente me hicieron notar que mi cerebro está acelerado. Aún no puedo decir con certeza porqué, pero de que está acelerado, está. Siempre quise creer en esas notas del poder de la mente sobre el cuerpo. Como cuando Tony Kamo doblaba una cuchara con el poder de su pensamiento. O como cuando David Blaine pasaba semanas enteras en un congelador mientras su mente convencía a su cuerpo que en realidad, no era tan malo. Siempre me gustó esta idea por el simple hecho que la relacionaba con la magia y era, para mí, algo mítico, fuera de mi alcance.

Ahora, no. Está a mi alcance. Está acosándome. Está matándome. Mi cerebro, mi mente, en efecto, me están jugando en contra. Leí un articulo en Internet sobre varios casos de muerte súbita a causa de ansiedad. Eso es, en definitiva, que la mente puede ser asesina. En el caso que leí, una mujer de 46 años se encontraba en una crisis financiera grave. Su esposo había muerto hace un par de años y las deudas se habían acumulado. El estrés y la ansiedad le ocasionaron un incremento en la frecuencia cardiaca que no puso resistir y murió repentinamente. ¿Se considera esto suicidio?

Sus allegados dijeron que el suicidio nunca había sido una opción para ella. Que era optimista y que sin importar lo mal que estuvieran las cosas, siempre estaba dispuesta a salir. Como yo lo veo, la mente a veces tiene que separarse y tomar control. Como en una clase cuando el profe sale y todos los estudiantes se vuelven locos, hasta que uno de ellos no aguanta más el ruido y el caos, y grita con autoridad que todo el mundo se calle. Y el resto nota que ese man ya no es el mismo, que ha mutado en esa figura autoritaria ahora latente. Y le hacen caso, y se callan.

Supongo que la mente funciona igual. Llega un punto en que tiene que tomar el control sobre sus compañeros relajosos y hacerlos callar. She means well, I’m sure. Pero a mi mente le digo, loca, no jodas. No sé a dónde a voy, pero voy. Déjame llegar.

La partida


"Ordené traer mi caballo del establo. El criado no me entendió. Fui yo mismo al establo, ensillé el caballo y lo monté. Oí una trompeta a lo lejos y le pregunté al criado su significado. No sabía nada ni había oído nada. Me detuvo en el portón y preguntó:

- ¿A dónde cabalgas, señor?

- No lo sé -le dije- Fuera de aquí, siempre fuera de aquí, sólo así podré llegar a mi meta.

- ¿Así que conoces tu meta? -preguntó.

- Sí -respondí- acabo de decirlo. Fuera de aquí, tal es mi meta."

Franz Kafka

The breakup


He dedicado el último año de mi vida a un hombre, se llama David Foster Wallace. Es de esos que tienen esa cualidad adictiva. No sabes bien a qué, pero eres adicta. Tiene cuerpo, rostro, forma, intelecto, pero tu adicción resulta de lo más abstracto de su persona. Es de esos hombres que te pegan adentro por razones que desconoces o que si conoces, las ignoras por tu propio bien.

Como en todo cortejo moderno, el tipo me tuvo primero que seducir. Al principio me resistía, pero caí. Me hice adicta. Como en toda relación tormentosa, lloré. Hubo lágrimas, gritos, sonrisas, dolor. Todo de mi parte, nada correspondido. Me enamoré y desenamoré más veces de las que llevo la cuenta. Él no sabía ni que existía, sin embargo estuvo, y está.

La relación se acabó hace poco. O bueno, decir it’s over es un poco radical. Digamos que la relación mutó. En el plano de ya no somos novios, ahora somos bacile. No es lo mismo, pero es algo.

Por eso ahora, me encuentro en una etapa como de resignación a la pérdida. Él fue mi incentivo a empezar este blog, que desde ahora será mi catarsis, mi luto. Y por eso este primer post es de él, para él y por él. Más adelante les diré más, porque estas tontas líneas no le hacen ni remota justicia.